Ese día decidí salir a leer al parque, era un día nublado y muy tranquilo. Tome asiento y comencé a leer un poco. Aquellos días prefería estar solo y salir a tomar un poco de aire, porque días atrás habían fallecido mis padres en un trágico accidente de coche, lo que me tenía muy dolido.
De pronto mientras leía, noté que alguien pasó cerca de donde yo estaba lo que me hizo voltear para ver de quien se trataba, era una mujer que paseaba a su perro. La observe detenidamente y al sentir mi mirada me observó y sonrió, al ver su sonrisa sentí como si alguien me estuviera diciendo “ella es para ti, vamos, acércate y salúdala”, fue algo simplemente hermoso e inexplicable. No tuve el valor de acercarme así que solo le devolví la sonrisa y continúe leyendo.
En ese momento sentí una enorme frustración, y aquella voz que me había invitado a acercarme ahora me decía “eres un tonto esa era tu oportunidad”. Espere una segunda oportunidad pero no la volví a ver.
Así pasaron los días y yo seguía pensando en esa extraña sensación que tuve al ver a esa chica que había encontrado aquel día en el parque hasta que casualmente mientras yo estaba sentado en la cafetería la vi pasar por la ventana. Ella estaba con unas amigas pero eso no me detuvo a correr y me acercarme a ella.
— Hola, hace un tiempo te vi caminando por el parque, ¿me recuerdas?
Me miró con un cara extraña y respondió de manera cortante un no. A mí eso no me importo así que intente hablar con ella un poco.
— Bueno, pues aquel día sentí que tenía que acercarme a ti pero te fuiste y no pude hacerlo, pero el destino creo ha tratado de decirnos algo y por eso te puso de nuevo en mi camino
Ella rió y dijo en un tono sarcástico —Buena frase la usas seguido o acabas de inventarla —
— Te prometo que no busco nada contigo solo quiero conocerte un poco ¿aceptarías tomar un café conmigo?
— No, lo siento pero ni siquiera te conozco y vengo con ellas y me están esperando — señalo a sus amigas y camino hacia ellas pero la detuve.
— Bueno pero ¿podrías darme tu teléfono?
— Mmm, no lo siento — En ese momento me sentí realmente triste y decepcionado, yo estaba tan decidido pero no había logrado nada. Sólo me quedaba una última pregunta.
— Entonces al menos dime tu nombre
— Jessica — Gritó mientras se iba
Regresé triste a casa sin poder sacar de mi mente ese momento, sin esperanza alguna de volver a encontrar a Jessica
Meses después decidí viajar a España para distraerme un poco y hacer mi vida de nuevo. Use el dinero que mis padres me habían dejado de herencia y tome el primer vuelo a Madrid.
Pase los siguientes días viendo anuncios en el periódico buscando trabajo y una casa, en una ocasión encontré algo que me pareció interesante: clases de violín, entre a las clases y salí a comprar un violín. Mientras encontraba en que trabajar y donde vivir me quede en el hotel
Un tiempo después encontré trabajo de mesero, no me iba muy bien con ese trabajo pero con eso conseguí dinero para pagar un pequeño apartamento, nada lujoso pero lo necesario para mí. Todos los días eran monótonos, iba a trabajar comía, regresaba al trabajo, hacia ejercicio o tomaba lecciones de violín, leía un poco y el día acababa.
Hasta que un día mientras trabajaba me encontré con la mayor sorpresa de mi vida que me cambió la vida inmensamente: me encontré con Jessica.
— ¿Jessica?
— ¿Y tú eres?
— Encontrarte dos veces coincidencia, pero tres y hasta en diferente país es algo raro ¿no crees?
— ¡Ah! Ya te recuerdo, eres el chico que encontré en la cafetería en México
— Ese mismo, ¿y qué haces en España?
— He venido de intercambio a estudiar
— Sonaré algo molesto e insistente pero ¿ahora si me darás tu teléfono?
— Pues creo que tenias razón en eso de que el destino quiere decirnos algo — Tomo una servilleta y comenzó a anotar — Ten
— Gracias. Tengo que regresar a trabajar, nos vemos luego
— Eso espero
Ese día fue memorable, nunca creí que después de tanto tiempo la volvería a encontrar. Regresé y casa y espere al siguiente día para llamar a Jessica.
Por la mañana corrí por el teléfono y llame al teléfono que había anotado
— Jessica, soy yo el mesero
— Ah, Hola
— ¿Quieres salir a tomar algo?
— Si, por supuesto
Esos momentos con ella fueron los mejores momentos que había tenido en muchos años, y se notaba como ella también se la pasaba bien cuando estábamos juntos. Así que no tarde en volver a invitarla.
— Jessica, otra vez yo, ¿Cómo has estado?
— De maravilla
— Qué bien, me preguntaba si te gustaría ir conmigo al cine
— Claro, ¿por qué no?
Todos los días estaba con ella incluso hasta me escapaba del trabajar para ir con ella un tiempo, porque vivía tan solo a una cuadra del restaurante. Todo era perfecto con ella, reíamos tanto y nunca terminábamos de hablar, creo que simplemente estábamos locos el uno por el otro.
Y aquella noche, día que nunca olvidare, al llevarla a casa me invitó a pasar. Sin pensarlo me acerqué a ella y la besé, y sin darme cuenta habíamos llegado más lejos, fue algo mágico algo que me hiso darme cuenta que ella era diferente que era la indicada como lo había pensado desde nuestro primer encuentro. Me detuve a mirarla y le susurre al oído
— Te amo — Esa noche fue perfecta.
A la mañana siguiente Jessica ya no estaba, recorrí todo la casa gritando su nombre hasta que entré al baño y la encontré recargada sobre el lavabo llorando.
— No me siento muy bien Esteban
— ¿Qué te pasa? — la abrasé, me soltó apresuradamente y corrió al retrete para vomitar.
Me preocupe y la intente convencer de ir al hospital pero se negaba diciendo que era solo una pequeña infección o algo parecido. Aunque hoy se que si hubiera aceptado ir al hospital esta historia no hubiera acabado de esa manera. Le deje de dar importancia convenciéndome que efectivamente era una simple infección que pasaría.
Me di cuenta que la relación con Jessica ya era algo serio por lo que renuncie al empleo de mesero y comencé a trabajar con un mejor sueldo en un supermercado. Aunque ya vivía con ella nuestras vidas seguían algo separadas; ella siguió con sus estudios y pasaba gran parte del día en la universidad, yo por mi parte seguía haciendo lo que acostumbraba antes de estar con ella. Pero a pesar de eso teníamos una innumerable cantidad de cosas en común.
Había avanzado en las lecciones de violín así que comencé a componer una canción especialmente para Jessica, tenía pensado tocarla parra ella el día en que le propusiera matrimonio, acompañada de flores y champagne. Pase horas trabajando en eso.
Tiempo después Jessica me contó que se había enfermado otra vez del estomago.
— ¿Qué tienes?
— Últimamente me he sentido mareada y con mucho dolor, siento algo.
— ¿Qué crees que pueda ser?
— Pues he llegado a pensar que estoy embarazada — Me quede mudo.
Intento con una prueba de embarazo pero salió un resultado negativo, y aún así siguió con problemas y además algo triste por la mala noticia. Insistí en llevarla al hospital pero continuaba negándose a ir. Hasta que al día siguiente sintió una bola en el estomago y un dolor insoportable.
El doctor aun no había diagnosticado nada pero dijo tenía que someterla a algunas pruebas. Los doctore hicieron lo necesario y dijeron que tomara un medicamente y con eso estaría mejor. Jessica continuó mejor.
Seguía trabajando en una sorpresa para pedirle matrimonio, había salido a buscar anillos y ya estaba ahorrando para uno que me había agradado. Y tenía casi todo preparado.
De nuevo Jessica se sentía enferma, y esta vez era peor, ya el medicamento no le calmaba el dolor, La lleve al hospital y espere afuera, Salió el doctor y me dio la peor noticia que he escuchado.
— Sr. Torres
— Si, ¿Qué pasa? ¿cómo esta?
— No queríamos creerlo, pero me temo que teníamos razón desde el principio, ya hemos descartado todas las posibilidades, tiene cáncer en el estomago — al escuchar esas últimas palabras me faltó el aliento, y comencé a llorar.
— Lo siento mucho señor — Tendremos que operarla
Jessica se acercó a mí y corrí a abrazarla, ambos lloramos sin parar ese día. Programamos la operación inmediatamente, pero desafortunadamente el día de la operación era el mismo día en el que yo había planeado pedirle matrimonio.
Llegó el día de su operación, estaba demasiado nervioso y pasaba todo el tiempo pidiendo que todo saliera bien. Llegamos al hospital, esperamos unas horas y después entro al quirófano. Pase las siguientes dos horas caminando por toda la sala de espera dando vueltas y me la pasaba comiendo no por hambre sino por nervios.
Hasta que después de esa larga espera el doctor se acercó a mí.
— Señor hemos hecho todo lo posible pero desgraciadamente… — Lo interrumpí y grité llorando — ¡¿Qué le pasó?!
— …desgraciadamente fue diagnosticado muy tarde y no hemos podido retirar el cáncer, pero lo hemos controlado por un tiempo —
— ¡¿En donde esta?!
— Habitación 201
Inmediatamente corrí a la habitación, abrí la puerta de golpe, me acerque a Jessica la besé, y le di la pésima noticia.
— ¿Voy a morir? – me dijo llorando
— No digas eso
— Voy a morir
— ¡Ya basta no lo repitas! — me eche a llorar y entre mi llanto le dije — no morirás, siempre estarás en mis recuerdos y mi corazón te lo prometo — y la bese.
Ese día cambiaron nuestras vidas completamente. Ella tuvo que estar internada, y yo pase día y anoche a su lado.
Durante meses estuvo en el hospital. Yo intentaba hacerla feliz y que se olvidara de esa horrible enfermedad. A veces leía algún libro para ella, otras veces el contaba chistes y en una ocasión muy especial me pidió un favor
— Esteban, llévame afuera, ya estoy cansada de estar solo acostada en esta horrible cama
— No puedo hacer eso
— Por favor ya solo me queda poco tiempo, necesito salir y al menos recordar como es el cielo.
No me puede negar a la suplica de mi agonizante novia así que salimos a escondidadas de las enfermeras y la lleve en mi auto hasta un parque en el centro de la ciudad.
— ¿Sabes que me recuerda este lugar?
— ¿El día en que nos vimos por primera vez?
— A veces vengo aquí a recordar ese hermoso día, y aún sigo sin entender cómo es posible que después de tanto tiempo te volviera a ver. Ese día yo había perdido la esperanza de poder estar con esa mujer que yo supe desde el principio que era hecha para estar a mi lado.
— A veces yo también me lo pregunto. Pero creo que simplemente el destino tiene preparado para nosotros una persona que nos va a acompañar toda la vida y está hecha especialmente para eso.
— Oye, te tengo una sorpresa.
Corrí al auto y saque de la cajuela mi violín y el anillo que había comprado para proponerle matrimonio. Saqué el violín del estuche, me acerqué a unas flores y las arranqué.
Comencé a tocar la canción que le había compuesto y le entregué las flores.
— Tenía pensado tocar esta canción en una ocasión muy especial, pero esa odiosa enfermedad arruinó todos mis planes. Lo que quería hacer es llevarte una serenata, llenar la casa de rosas, beber un poco de champagne y pedirte si quisieras ser mi esposa — Le acerqué el anillo, la vi a los ojos y le sonreí. Ella comenzó a llorar
— ¡Por supuesto que quiero ser tu esposa! Pero pronto moriré
— Por supuesto que no, ya verás que estarás mejor y podremos casar — La abrase, la bese y unas horas después de estar hablando caímos dormidos en una banca del parque.
Desperté por la mañana, le hable a Jessica y al moví pero no reaccionó. Estaba muerta. La tomé en mis brazos y lloré sin parar, la besé y le dije al oído.
— Te amo
Llame a una ambulancia y la llevaron al hospital donde había estado internada. Les explique que había pasado y porque me la había llevado. Ellos me indicaron que Jessica había dicho que me dieran unas cosas el día en que ella muriera, y me entregaron una pequeña caja.
Cuando llegué a casa abrí la caja y vi que tenía adentro. En ella había fotos, y algunos regalos que le había dado, pero lo más importante era una nota que decía lo siguiente:
“Te dejo esto para que siempre me lleves en tu corazón y en tus recuerdos como me lo prometiste.
Es mi momento de marchar, no llores y vuélvete a enamorar que quiero verte sonreír. Yo jamás te olvidaré. Te cuidaré desde aquí y si nos volvemos a ver solo abrázame para sentirte cerca. Y ahí cosas que no te dije en vida como cuando me preguntabas cuanto te quería yo: Te quiero siempre mi amor.
¡Adiós Esteban!
Jessica”
Siempre (Adiós Dulcinea Parte II) -Mago de Oz
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